¿Cómo te sentirías si te dijera que no me agradaste por tu fe cristiana? Bastante mal, ¿eh?
Desafortunadamente, eso es lo que nuestro mundo nos hace a los cristianos. ¿Qué podemos hacer?
Podemos recordar a Dios como una corona amorosa descansando sobre nosotros y podemos destacar como un faro de luz verdadera.
Me encantaría escuchar tu historia: ¡comenta abajo!
Pasos clave: Levítico 25: 35-43, Isaías 61: 1-62: 5, Jonás 3: 1-10, Romanos 8: 18-39
Bendiciones!
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